lunes, 7 de febrero de 2011

El próximo cobarde

Edu, pensó dos veces antes de ingresar, no por que estuviera frío el cuarto, si no,  ver la cara de su esposa a la que había golpeado y martillado con puños de caña; eran las cuatro de la madrugada, el truhán volvía de su faena melancólica y trillada, cargado de comentarios, en la que nadie lo entendía o simplemente en el ardor de las pasiones que lo habían provocado - su esposa -, y la inocencia de un perpetuo culpable, congeniaba con la justicia de un solo juez y verdugo – él -; yacía la dama violentada en la cama recostada junto a sus cuatro hijos; la vengativa conciencia le daba cuchicheo en el oído viceral, provocando su llanto y desconsuelo ocasionado a su familia, pero como el sordo esquivo no tenias notas en la cabeza, los llantos solo bastaron unos minutos, botella de ron en mano y con un leve tambaleo, miro a su hijo menor Juan que se había levantado, el papá atino a besar en la frente a su primogénito con esos destellos de armonía antes de la tormenta, y le dijo - duerme hijo, algún día serás mejor que papa -, salio por la misma puerta que había ingresado y tomo rumbo oscuro particular.

Juan, tomo la escuela con impaciencia, ya mayor se caso con Erminia, dulce joven con acento de flores de primavera, por que la dulce era prima de Juan, - que curioso de veras -; tuvieron dos hijos, Elias y Clavel; los problemas económicos daban golpes en casa y abarrotaban a la familia con papeles de cooperativas y bancos; Juan, se sumo al alcohol y la mujeres, cada 6 PM del trabajo llegaba a casa con nuevas discusiones y blasfemos insultos a la madre, las sumillas de agresiones cada ocaso, denotaban un fin esperado; un día, Elias vio a su padre con una maleta, el adulto racional con celular en mano diciendo – ya amor, estoy yendo para tu casa - este con cara de tristeza lo mira a su hijo y le dice – se mejor que papá -, el padre partió con rumbo conocido.

Elias, en su trajinada juventud llena de bohemias y party’s continuos, conoció a Stefany, de las chicas mas guapas de los bares, y rincones de arrabales; tuvieron un nene, con el rostro de papá, por nombre le pusieron Carlos; entre migajas y manzanas agrias vivian, del sueldo y anfetas que la madre vendía; - en otras ella misma - , Carlos vivió entre feudos y capos, su formación se hacia; Elias fue atrapado por la ley con dos kilos, que pago con 4 años de soledad compartida; en las visitas de cada jueves en la penitenciaria, Stefany y Carlos visitaban a su padre; este cuando se despedía de su joven vástago, le propinaba un golpe en los hombros – fortaleciendo a pequeños puños la parte varonil – y cuando este se alejaba le decía para que no siga con el linaje de tragedias – hijo, tu debes ser mejor que tu padre, y no ser el próximo cobarde del cual no quisimos cambiar -.

Y tu eres el siguiente?

No hay comentarios: