Lentes

Y el niño le pide un consejo al párroco de su pueblo, los dos al borde de una meseta donde se proyecta una realidad de sueño con garbo de picas de sol, un aroma a trigo atrigado, mosquitos eludiendo el suelo razo, el abrazo recurrente de nubes envolventes; el niño pedía unas palabras para su creciente voracidad en conocer las cosas que solo puedes estar atendiendo en la ultima fila, por que la primera de esta reservado cuando termines tu trabajo.

El niño dice:"padre, el dolor es bueno?", antes una simple pregunta el párroco de la capilla aun en trozos de amor y caridad, respondía ante tan aguda cuestión de la vida "joven amigo, el dolor es parte de un todo, y como todo hay que entenderlo en como se comporta, veras Jesús en el monte antes que sea entregado a sus captores, él ya conocía de estos acontecimientos y sabiendo lo que le iba a pasar asumió con responsabilidad su pasión, entendía que el dolor que le llevaría consigo seria para enseñar y seguir en su misión en esta vida.", el niño observaba al párroco con admiración, pero pregunta como si el cielo no fuese celeste: "pero la leche derramada, la lágrima de mi hermana, la lluvia que moja toda nuestra cosecha, el golpe que recibí por mi madre....acaso aprenderé?", el padre mira la parte de baja de la meseta y le muestra como un halcón dueño del espacio etéreo del paisaje cambiante por las horas eternas,que busca incensantemente victimas para saciar el hambre perpetuo, y el párroco le dice:"ves esa ave, busca su presa para poder comer y llevar el sustento probablemente para su familia, este no sabría hacerlo si no paso por pruebas constantes de fracasos y descepciones para fortalecerse en la caza, cuantas veces me pregunto tuvo que no agarrar su presa, cuantas veces se le cayó la presa, cuantas veces tuvieron que quitarle el bocado del pico, cuentas veces....pero este sin saberlo estaba aprendiendo", el niño replica "pero el dolor ayuda entonces? , el párroco contesta "todo tiene un motivo aunque sea fino y tonto a nuestros ojos, pero debes verlo con otros ojos...esos ojos de Fe que solo son vistos con tacto". El niño no entendió lo último pero mientras crecía supo que los ojos de Fe eran los lentes que le faltaba a la humanidad para ver todo suceso inclusive el dolor.