sábado, 7 de diciembre de 2013

Entrevista con el demonio

Me levante temprano y me fui al patio para lavarme la cara, el sol radiaba en su amanecer, alzo mi brazo frente mío para que no toque mi rostro, pero aún seguía pasando por entre mis dedos su luz, siempre el sol con su naturaleza. 

En ese momento es donde se me ocurre una pequeña pregunta que me intriga hacer, paso a mi cuarto y no dejo de preguntarme como hacerla. Me cambio rápidamente y salgo a ver mi asesor espiritual a su hogar, quedaba a 30 minutos de mis pies presentes.
 
Ya en su casa le pido platicar a mi viejo amigo y sentarnos debajo del roble, comento de una idea que ronda mi cabeza y le pido me muestre como ubicar un demonio, su rostro no se inmuto y me miró fijamente, "sabes que lo pides es muy difícil?" , a lo que respondo "si", analiza y gira su cabeza como mirando las entrañas del viejo árbol y se dirige a mi con sutiles palabras "no hay marcha de regreso, cuando estés frente a él, no te dejara salir tan fácilmente de sus dominios y no querrá que otros sepan la verdad", voltea a mi y sigue explicándome "traer esa respuesta no será fácil, solo te pido que te fortalezcas y ora para que puedas contarnos. Pediré a dos amigas mías que te acompañen hasta sus dominios y te darán las pautas necesarias para ingresar", le agradecí eternamente por su apoyo, no sin antes de tomarme un té y disfrutar del viento.

Cinco días pasaron y me encontré con dos señoras vestidas de blanco, de mirada pasiva y voz que podría quebrar troncos, me indicaron que no mirara atrás e hiciera todo lo que ellas me pidieran si argumentar algo, accedí a sus reglas y las seguí. Pasamos otros 6 días caminando y comiendo hierbas del bosque, sumergiéndonos en aguas poco profundas, vientos tempestuosos hasta que llegamos a un lúgubre lugar. Las señoras explicaron que era un pueblo que no se llegaba con lógica. Apresuraron a decirme que no tocara nada lo que viera, así mi vida corriera peligro, porque la perdería más rápida.

Con cierto temor avancé con ellas por sus calles frágiles, plomas sus paredes, había personas regadas en el suelo como observándome con pasión y repulsión, se escuchaban gritos a lo lejos y cada vez se hacían más fuerte cada vez que daba un paso. Las señoras no dudaron en abrirme espacio entre las personas con tan solo pasar por ellos, me pedían que los tocara, que los mirara; algunas blasfemaban a los 4 vientos y los vientos no se entumecían con sus palabras, sus pérfidas miradas penetraban mis angustias. Hasta sin pensar llegamos a una puerta ancha y fácil de ingreso, las señoras me dijeron que dentro estaba lo que buscaba, y que no podrían acompañarme hasta las entrañas de aquella casa. 

Pase y camine casi 20 pasos más largos de mi vida, divise a una persona sentada en una esquina, como los ángulos fuesen su estado de confort, entre la oscuridad sus dientes rechinaban y eran como el oro macizo, la poca luz que entraba mostraba su cara retorcida y sus manos señalaban el suelo. Miro sonriente y dijo que deseaba, me puse firme y antes que le pregunte me dijo "eres hijo de Dios, que deseas aquí?, porque entrar a mis entrañas?", fui claro y firme en mi pregunta "deseo saber algo de ti, y te pido que seas franco conmigo", tome un respiro y proseguí "deseo saber cómo puedo ser como tú?, como puedo convertirme en ti", el fétido hombre callo un rato y se puso a reír, "como yo? como yo?, nunca alguien como tú me pregunto tal disparate, pero saciare tu curiosidad", tomo uno de sus anillos y lo miro fijamente, alza su rostro y me dice "para ser como yo solo debes tener dos cosas importantes, deseas y temer", me toma por sorpresa la respuesta y sigue con su explicación "desea, todo lo que puedas, desea por que no te saciaras; teme a todo , teme la muerte , teme tus miedos, témeme, pero no temas a Dios, saber que eres más que él será más fácil...", todo me fue más claro a lo que siguió "pensaras que no te dejare salir, pero es incorrecto, el hombre siempre buscara una excusa para estar lejos de Dios, y pronto se vuelven mis discípulos fervientes, retírate".

Salgo presuroso de aquel lugar, la señoras miran mi rostro y sabían que llegue a conocer la verdad, nos despedimos luego de varios días de regreso, un abrazo me basto con cada una de ellas, les pedí por favor me dieran sus nombres y ellas gentilmente accedieron, sin decir nada se desaparecieron entre la bruma de invierno en mi pueblo, estaba provisto a decir a cada persona mi experiencia, donde un día contaría como mi curiosidad de ayudar me llevo por una aventura  con dos gentiles señoras llamada "sabiduría" e "inteligencia".



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